Los políticos
antiglobalización plantean que el nuevo capitalismo está haciendo al rico más
rico y al pobre más pobre. ¿Hasta dónde tienen la razón?
Análisis, hechos, historia…
"Quien
no asume un riesgo, nunca ganará una partida.”
Paul Keres
(ajedrecista estonio).
Algunos piensan que para que el mundo
funcione hay que agitarlo. Y no hay mejor método que lanzándole botellas al
capitalismo mundial y a su top symbol: la
Organización Mundial del Comercio. Refuerzan el argumento anticapitalista
significando que en los Estados Unidos (insignia del capitalismo mundial) el 1%
más rico concentra la mayoría de la riqueza de todo el país, pero curiosamente
se callan que ese 1% más rico es el que paga el 47% de los impuestos de toda la
nación y constituye la principal fuerza generadora de empleo, bienes y
servicios delos cuales se beneficia el otro 99% de la población norteamericana.
En Seattle en 1999, miles de activistas
y sindicalistas protestaron contra el libre comercio y la globalización. Su
principal argumento es que las políticas mercantilistas han contribuido a la
concentración de la riqueza en las manos de unos pocos y ha incrementado la
pobreza de la mayoría de la población del mundo. Esto lo gritaron a voces los
altermundistas en Madrid, Seattle, Bangkok, Washington, Praga, Génova,
Gotemburgo, Barcelona, Rostock… etcétera, etcétera, etcétera.
Los políticos antiglobalización plantean
que el nuevo capitalismo está haciendo al rico más rico y al pobre más pobre.
¿Hasta dónde tienen la razón?
La pobreza o la riqueza, ¿qué es lo
nuevo?
He escuchado mucho decir que la pobreza
es algo adquirido. Que se adviene con la aplicación de los métodos de
explotación capitalistas, y que -de hecho- al asumirse e intensificarse dichos
métodos, la pobreza va en aumento. Desde esta perspectiva, nos han presentado
el capitalismo como el monstruo desalmado que se chupa la riqueza de nuestros
pueblos y de nuestros bolsillos subdesarrollados. ¿En tan así?
Hace ciento veinte años todos los países
eran naciones en desarrollo. El 85% de la población mundial vivía en 1820 con
uno (o menos) de un dólar al día (convertido a poder adquisitivo actual). En
1910 el 65% de la población mundial estaba en la pobreza absoluta, y para 1950
la cifra había descendido al 55%. En 1970 nos encontramos que rondaba 35%, y
para finales de 2003 -según Johan Norberg- era aproximadamente del 20%.
Entonces lo adquirido con la aplicación de los métodos capitalistas -al
parecer- no es la pobreza, sino más bien la riqueza. Lo nuevo no parece ser que
el mundo empeora con el capitalismo, sino al revés.