Los políticos antiglobalización plantean que el nuevo capitalismo está haciendo al rico más rico y al pobre más pobre. ¿Hasta dónde tienen la razón? Análisis, hechos, historia…
"Quien no asume un riesgo, nunca ganará una partida.”
Paul Keres (ajedrecista estonio).
Algunos piensan que para que el mundo
funcione hay que agitarlo. Y no hay mejor método que lanzándole botellas al
capitalismo mundial y a su top symbol: la
Organización Mundial del Comercio. Refuerzan el argumento anticapitalista
significando que en los Estados Unidos (insignia del capitalismo mundial) el 1%
más rico concentra la mayoría de la riqueza de todo el país, pero curiosamente
se callan que ese 1% más rico es el que paga el 47% de los impuestos de toda la
nación y constituye la principal fuerza generadora de empleo, bienes y
servicios delos cuales se beneficia el otro 99% de la población norteamericana.
En Seattle en 1999, miles de activistas
y sindicalistas protestaron contra el libre comercio y la globalización. Su
principal argumento es que las políticas mercantilistas han contribuido a la
concentración de la riqueza en las manos de unos pocos y ha incrementado la
pobreza de la mayoría de la población del mundo. Esto lo gritaron a voces los
altermundistas en Madrid, Seattle, Bangkok, Washington, Praga, Génova,
Gotemburgo, Barcelona, Rostock… etcétera, etcétera, etcétera.
Los políticos antiglobalización plantean
que el nuevo capitalismo está haciendo al rico más rico y al pobre más pobre.
¿Hasta dónde tienen la razón?
La pobreza o la riqueza, ¿qué es lo
nuevo?
He escuchado mucho decir que la pobreza
es algo adquirido. Que se adviene con la aplicación de los métodos de
explotación capitalistas, y que -de hecho- al asumirse e intensificarse dichos
métodos, la pobreza va en aumento. Desde esta perspectiva, nos han presentado
el capitalismo como el monstruo desalmado que se chupa la riqueza de nuestros
pueblos y de nuestros bolsillos subdesarrollados. ¿En tan así?
Hace ciento veinte años todos los países
eran naciones en desarrollo. El 85% de la población mundial vivía en 1820 con
uno (o menos) de un dólar al día (convertido a poder adquisitivo actual). En
1910 el 65% de la población mundial estaba en la pobreza absoluta, y para 1950
la cifra había descendido al 55%. En 1970 nos encontramos que rondaba 35%, y
para finales de 2003 -según Johan Norberg- era aproximadamente del 20%.
Entonces lo adquirido con la aplicación de los métodos capitalistas -al
parecer- no es la pobreza, sino más bien la riqueza. Lo nuevo no parece ser que
el mundo empeora con el capitalismo, sino al revés.
De hecho, informes indican que la
riqueza generada por los métodos de explotación existentes en el mundo
capitalista, ha dado como resultado que -en la última mitad del siglo pasado-
más de 3 000 millones de personas hayan sido liberadas de la miseria.
Según el Banco Mundial, en el período
1983-2003 el número de pobres absolutos fue reducido enalrededor de 200
millones de personas. Surjit S. Bhalla -execonomista del Banco Mundial- publicó
en el libro “Imagine there’sno Country, Institutefor International
Economics, 2002”, que la meta de las Naciones Unidas de reducir la pobreza
mundial por debajo del 15% para el año 2015, ya había sido alcanzada y superada.
De acuerdo con sus cálculos, 800 millones de personas han salido de la miseria
absoluta en 20 años. Johan Norberg, académico titular del Centro de
Investigación de Políticas Públicas “Cato Institute”, asegura en su
libro “La Globalización y los Pobres” que: “… de ser cierto,
acabamos de atestiguar una reducción de la pobreza de tal magnitud que
probablemente nunca más presenciaremos”.
Los pobres y la libertad económica
La disminución de la pobreza no es una
consecuencia accidental, sino el resultado de la aplicación de las políticas
correctas. No es solo repartir lo que tenemos sino crear riqueza nueva y
ofrecer la oportunidad a todos de participar en la creación de esa riqueza, que
es la que al final nos enriquece a todos.
Es difícil luchar contra la pobreza
desde la pobreza misma. No hay política gubernamental ni redistribución del
ingreso más eficiente contra la pobreza, que el aumento de las oportunidades de
participación económica de los ciudadanos. Si prosperamos todos, prospera la nación.
Si prospera la nación habrá más para repartir. Pero prosperaremos solo si
participamos, y para poder participar hay que tener la oportunidad, que es la
libertad para actuar. Después pulir el ejercicio económico. Hacerlo eficiente,
competitivo.
Sin embargo algunos manifiestan sus
dudas respecto a si esta libertad para actuar beneficia de forma directa a
todos por igual. El hecho de que unos toman la delantera y se hacen ricos
primero, ¿es la prueba de que con los métodos de desarrollo contemporáneos el
pobre se beneficia menos que el rico? Johan Norberg afirma: “Al contrario, el
pobre obtiene beneficios del crecimiento en casi la misma extensión y la misma
velocidad que el rico. La gente de pocos recursos se beneficia inmediatamente
del aumento en el valor de su mano de obra y de los bienes que compra más
baratos en relación a su ingreso”. Un estudio realizado en 80 países sobre las
estadísticas de ingreso en un período de cuarenta años, mostró que con un
crecimiento del 1%, los pobres aumentan sus ingresos un promedio de un 1%, y
con un crecimiento del 10% lo aumentan, en un 10% (David Dollar&AartKray).
Como resultado de la utilización de mecanismos que permiten la participación
económica eficiente y la consecuente generación sostenida de utilidades, en los
últimos treinta años se redujo a la mitad la cantidad de personas que padecen
hambruna crónica, y a la mitad también, la utilización de fuerza de trabajo
infantil en los procesos productivos.
Según el
programa de las naciones unidas para el desarrollo, la humanidad ha visto dos
grandes avances. El primero empezó en el siglo XIX con la revolución industrial
en Estados Unidos y Europa. El segundo comenzó durante el período postguerra, y
se encontraba a inicios de este siglo XXI en pleno apogeo, especialmente con
Asia, alcanzando logros espectaculares en la lucha contra la pobreza, el
hambre, la enfermedad y el analfabetismo. Seis de cada diez asiáticos estaban
en la pobreza absoluta en 1975; para 1997 eran dos de cada diez. (Reporte sobre
desarrollo humano de 1997)
Por otra parte,
en los últimos 50 años la expectativa de vida ha aumentado de 46 a 64 años y la
mortalidad infantil ha sido reducida del 18 al 8%. Estas cifras son mejores en
la actualidad, en los países subdesarrollados, que lo que fueron, en los países
ricos, cien años atrás (J. Norberg). Vean.
Milagros económicos
Suecia
Con 449 964 km², hoy Suecia es el
quinto país más grande de Europa. Con una población de poco más de 9 millones de
habitantes (20 por Km2) es hoy la cuna de tres de las más grandes
compañías de Europa y el mundo: la Volvo, la Sony Ericsson Mobile y la Scania.
Pues bien, este país considerado en “El Foro Económico Mundial de 2008” como el
tercer país más competitivo del planeta era, en 1870, más pobre de lo que hoy
es el Congo. Entre 1850 y 1910 más de un millón de suecos emigraron hacia los
Estados Unidos y a principios del siglo XX, vivían más suecos en Chicago que en
Gotemburgo, que es la segunda ciudad más grande de Suecia. La gente vivía
veinte años menos de lo que se vive en la actualidad en los países en
desarrollo, y la mortalidad infantil era el doble de la de un país en
desarrollo promedio hoy. Aun, si se hubieran redistribuido todas las
propiedades suecas a mediados del siglo XIX, cada sueco habría alcanzado -a lo
sumo- el nivel de vida de un mozambiqueño actual (J. Norberg). Pero Suecia se
salvó. ¿Cómo lo hizo? Así:
… un grupo de políticos otorgaron a
Suecia libertad religiosa, libertad de expresión y libertad económica. De esa
manera la gente pudo creer en lo que quería creer, decir lo que pensaba sin
temor, y -sobre todo- crear riquezas nuevas. Empezaron sus propios negocios.
Vendieron y compraron libremente. Exportaron e importaron. Distribuyeron e
intercambiaron lo producido. Comerciaron y crecieron.
Con el libre-mercado, llegó la
competencia. Esta obligó a las compañías a ser más eficientes. Las viejas
industrias fueron eliminadas. Así se pudieron satisfacer las nuevas demandas.
Entonces produjeron mejores vestidos, mejores automóviles, más alimentos,
mejores servicios médicos y más calidad educacional. Antes de que se forjara el
Estado Benefactor sueco (1950) la economía de este país capitalista se había
cuadruplicado, la mortalidad infantil se había reducido en un 85% y la expectativa
de vida había aumentado en 25 años. Suecia caminaba con pasos agigantados hacia
la abolición de la pobreza.
Estocolmo (https://asper.wordpress.com/2007/05/13/sweden/) |
Alemania
En la Segunda Guerra Mundial, Alemania
fue perdedora. La situación del perdedor siempre es amarga. Alemania estaba
devastada por la guerra y ocupada militarmente. Pero había que recuperarse
pronto. Urgía cuidar las víctimas de guerra. Se debía crear y asegurar una base
económica para 2 millones de refugiados de la zona soviética. Seiscientos mil
niños vivían en establecimientos públicos. Otros quinientos mil debían de ser
atendidos, y todo con los fondos del Estado. De un Estado sin fondos. Las
industrias no tenían capital para llevar adelante la restauración necesaria ni
mucho menos para acumular reservas para los períodos de recesión económica.
Pero Alemania pudo. Logró incluso superar a varios países en un tiempo récord.
Así lo logró:
… el 20 de junio de 1948 implantó una
moneda más estable y fuerte, el Deutsche Mark. El Deutsche
Mark (DM, Marco Alemán) tuvo una reputación como una de las monedas más
estables del mundo. Esta reforma monetaria fue complementada con la abolición
de los controles estatales sobre la economía, implantados por el régimen
anterior, lo que influyó de manera significativa en su avance económico. Y
aunque el Plan Marshall* jugó un importante papel en la recuperación económica
vivida en Alemania, la mayoría rechaza la idea de que el Plan, por sí solo,
resucitase milagrosamente este país. Según algunos, existen evidencias de que
la recuperación económica ya se había iniciado con anterioridad a este Plan y
coinciden en que este sirvió para acelerar esta recuperación, pero que no la
inició. La recuperación alemana fue iniciada por las liberalizaciones
aplicadas, el aumento de las oportunidades, y el duro trabajo de la población.
Según informes de “El Milagro Económico
Alemán” (Wikipedia) para finales de la década de 1950, Alemania Occidental
tenía una de las economías más fuertes del mundo. Casi tanto como la existente
antes de la Guerra. Esto permitió a partir de 1955, que las autoridades
pusieran en marcha un programa para captar trabajadores de otros países, ya
que, la Alemania de la postguerra, había alcanzado el pleno empleo una década
después de la conflagración mundial. En 1964 Alemania recibió al "Gastarbeiter
(Trabajador Invitado) un millón", al que se le regaló un ciclomotor.
En septiembre de1971, los Gastarbeiter eran ya más del 10% de
la población activa de Alemania. El desarrollo de la Alemania de postguerra se
debió en gran medida a la aplicación de medidas económicas que favorecían las
libertades económicas, beneficiando de esa manera la iniciativa ciudadana y la
inversión en el sector industrial y el empresarial.
Conjuntamente a las medidas de corte
liberal aplicadas en la Alemania de la postguerra se aplicó desde un comienzo
una modalidad de «Estado de bienestar» llamado Estado subsidiario que-entre
otras cosas- creaba móviles para el pleno empleo y brindaba cierto nivel de
asistencia social. Según Franco Pomalaya Neyra, esta fusión entre la economía
de mercado y el Estado social se intitularía “Economía Social de Mercado”. El
éxito de este sistema económico fue imitado en muchos países de Europa durante
las siguientes décadas. Actualmente Alemania es considerada, en términos
generales, como la tercera potencia mundial y la primera de Europa.
En 2006 su Producto Interno Bruto (PIB) rebasó los 3 billones
de dólares US. Sus ganancias industriales son enormes.
Alemania produce medios de transporte, aparatos eléctricos y electrónicos,
maquinaria industrial, productos químicos, materiales sintéticos y alimentos
procesados. Es foco de riqueza y eso se refleja en la creciente economía centroeuropea. Cuenta con una infraestructura de carreteras amplias y un excelente nivel de vida. Es una de las naciones más
desarrolladas del mundo.
España
En el poniente de Europa tenemos otro
interesante ejemplo: España. La economía española de los cuarenta era un
completo desastre. Su crisis era más profunda que la de cualquier otro país
europeo de la postguerra. Este país no puede alcanzar los niveles económicos de
antes de la Guerra Civil, hasta finales de los cincuenta. El hambre pululaba.
Los productos de primera necesidad estaban racionados. La producción de bienes
se había hundido. (Apolonio Ruiz Ligero)
El proteccionismo de un gobierno
nacionalista, bloqueaba la apertura. Un sistema de “autorización previa”
concedía privilegios solo a las industrias “de interés nacional”, sujetando
(también) al inversor extranjero mediante la fijación de límites en la
participación de estos (inversores) en las empresas españolas. Asimismo se
prohibía disponer a los propietarios de cuentas corrientes, del saldo de las
mismas, en caso de que estos (propietarios) residieran en el extranjero. Esto,
sumado al férreo control de cambio de la moneda nacional, y la existencia de
una política con efectos inflacionistas, provocó la caída de los mercados
españoles y sumió a España en un oscuro aislamiento (Carlos Barciela López).
Añadido a todo lo anterior, estaba la difícil coyuntura internacional posterior
a la Segunda Guerra Mundial.
Para 1957 el país está tan asfixiado por
la inflación, el agotamiento de las reservas para hacer frente a las deudas
internacionales y el fuerte desequilibrio presupuestario, que el gobierno
decide poner fin a la llamada “política económica autárquica” fomentada por la
ortodoxia falangista e inicia el Plan Nacional de Estabilización Económica.
Dicho Plan produce inmediatamente un
cierto equilibrio y una situación de desahogo económico. Pero la existencia de
veinte años de autarquía dejaría el lastre de mercados protegidos de la
competencia extranjera (Altos aranceles). Esto creó a nivel interno, ambientes
de privilegio, secuelas que vinieron a ser liquidadas cuando España entró a la
Comunidad Económica Europea en 1986. No obstante, la reforma mencionada basada
principalmente en la apertura al exterior, la inversión pública, el desarrollo
de infraestructuras y la explotación turística, sentó las bases que le
permitieron a España disfrutar de la segunda tasa de crecimiento más alta del
planeta, ligeramente por detrás de Japón, lo que la convirtió en la novena
economía más grande del mundo. (Milagro económico español/ Wikipedia)
Este crecimiento económico transformó
aquella España desangrada por la emigración, en el principal destino de
millares de norteafricanos y latinoamericanos que buscan prosperidad y
bienestar. Prosperidad y bienestar, que bien se debe al aumento de
oportunidades existentes en el país ibérico. De hecho, la renta percápita
española en 1974 era del 79% de la media de Europa Occidental; actualmente
España ha situado su renta en el 100,7%; por encima de la media europea,
convirtiéndose en referencia para los nuevos países incorporados a la Unión
desde el 2004. ¿Qué habría pasado si el gobierno español no hubiera permutado
su ranciosa ortodoxia franquista por la de aquellos reformistas pertenecientes
al Opus Dei? (López Rodó, Mariano Navarro Rubio y Alberto
Ullastres).
Lo que ocurre ahora en España es
precisamente el resultado de haber abandonado aquella forma de administrar el
país que lo sacó del franquismo. Años con los polvos de una administración
dilapidadora, trajeron estos lodos.
Taiwán
Otro que alzó rápido el vuelo fue
Taiwán. Lo que tardó Suecia casi un siglo en hacer lo consiguió Taiwán en 25
años. ¿Cómo lo hizo? Taiwán empezó en un mundo aún más capitalista e
interdependiente, lo que le permitió interactuar con países más jugosos con los
cuales hacer negocios y adquirir ideas.
En 1950 Taiwán era tan pobre como Kenya,
pero Taiwán prefirió el estilo de desarrollo del este asiático. Apostó por las
industrias que eran las que generaban productos vendibles a occidente,
alejándose así del modelo latinoamericano y africano, cuya tendencia era el
autoconsumismo. Cierto que el principio fue difícil. Las fábricas taiwanesas
distaban mucho de las existentes en occidente. Las jornadas eran extensas y
fatigosas pero el país prosperó. Hoy Taiwán es veinte veces más rico que Kenya.
El nivel de “hambre” en ese país es similar al estimado en los países del sur
de Europa y… así lo lograron:
… en los sesenta, muchos pobres
agricultores adquirieron sobre la tierra derechos de propiedad, a lo que se le
sumó la posibilidad de conseguir créditos y hacer inversiones. Esto no solo
benefició a los agricultores sino que mucha gente emprendedora pudo iniciar sus
propios negocios. Así proliferaron las fábricas de juguetes, de objetos
deportivos, implementos, herramientas, tejidos y bicicletas; hasta llegar a los
semiconductores, los teléfonos móviles y los ordenadores. Taiwán es la meca de
Acer, Asus, Gigabyte, Trend Micro, Genius, Biostar, Transcend y MSI. En solo
diez años el número de negocios fue triplicado y la pobreza se redujo a la
mitad. Para el 2003 el comercio internacional de Taiwán había crecido 400 veces
y los salarios reales aumentaban 10 veces.
Con la prosperidad viene la necesidad de
fuerza de trabajo y la posibilidad de dar empleo a personas de países menos
privilegiados. En el año 2002, los trabajadores vietnamitas en Taiwán
representaban el 28.5% (13,200 personas) del total de 46,200 trabajadores
vietnamitas residentes en el extranjero, constituyéndose en una de las mayores
comunidades de residentes extranjeros en esa Isla (Residentes vietnamitas en
Taiwán/Wikipedia), y convirtiendo a Taiwán de hecho, en el segundo
destino más popular -luego de Malasia- de toda la región asiática. Esto es el
“Milagro Económico Taiwanés”. ¿Qué hubiera sucedido si un fuerte movimiento
anticapitalista hubiera existido en Taiwán que boicoteara los intentos de
entregar «en propiedad» las tierras a los campesinos, de sacar créditos para
iniciar negocios privados, de exportar e importar mercancías libremente, de
emplear mano de obra en proporción a las necesidades productivas de los
emprendedores o de frenar la iniciativa personal-empresarial con la aplicación
de draconianos impuestos? Es fácil de discernir: Taiwán sería pobre hoy en día.
En su tratado “La Globalización y los
Pobres”, Johan Norbergapuntó: “… aprendemos que la libertad económica y el
comercio son esenciales para el crecimiento económico. Es por esta razón que
las transiciones económicas de Suecia y Taiwán están siendo repetidas hoy en
día por las naciones (…) de nuestro tiempo. Los estudios muestran que en
promedio, los países con mercados abiertos crecen de 3 a 5 veces más rápido que
las economías cerradas. Las economías pobres que se abren crecen en la
actualidad más rápido que Suecia y Taiwán.”
¿Qué tanto es así?
Vietnam
Vietnam, un país comunista cuyas
políticas económicas le condujeron a una hambruna generalizada a mediados de
los ochenta, ha reconsiderado su modelo. El país se abrió a los cambios.
Liberalizó los mercados. Permitió la llegada de las multinacionales. Estas
ofrecieron empleo, salario y un ambiente laboral superior. Los vietnamitas que
trabajan para esas multinacionales ganan hoy 5 veces más.
Cuando Nike se inició en Vietnam, los
trabajadores caminaban hacia las fábricas (de Nike) a pie. Luego de tres años
con los salarios de la multinacional, estas personas tenían y usaban
bicicletas. Tres años después todos van en motocicletas al trabajo. ¿Es Nike
enemigo de los pobres? Sin embargo muchos anticapitalistas la catalogan así.
Las libertades económicas o DoiMoien en lengua vietnamita, ofrecieron a Vietnam prosperidad. La apertura al mundo
capitalista les aportó ideas, capital y tecnología. Desde entonces la economía del
país se ha duplicado y la pobreza ha sido reducida a la mitad. Y algo muy
importante: han nacido las exportaciones vietnamitas. Vietnam se da a conocer
al mundo a través de sus propios productos.
Mejorar el nivel de vida también influye
en la reducción de determinados delitos. De 1993 al 2003, centenares de niños
vietnamitas han cambiado el empleo infantil por las aulas. Tsi-Chi, una madre
vietnamita afirma: “Hace una generación, habría tenido que poner a mi hijo a
trabajardes de una temprana edad. Sin embargo, ahora quiero darle una buena
educación, de tal forma que llegue a ser un doctor.”(La Globalización y los
Pobres/Milagro económico de Vietnam/J.Norberg).
El cambio ocurrido en el modelo
vietnamita ha favorecido más personas que todos los procedimientos
voluntaristas que le precedieron. La prosperidad está en la libertad. ¿Qué
habría sucedido si un gobierno anticapitalista hubiera expulsado a la Nike u
otras corporaciones expropiando sus patrimonios y activos, aplicando un
igualitarismo rampante e interviniendo con políticas antimercado, con el
pretexto de que “estas burguesas empresas usan mano de obra tercermundista para
aumentar sus gordas ganancias”? Tsi-Chi habría perdido su empleo. Su hijo
dejaría la escuela para trabajar. Los trabajadores con motocicletas, pero sin
empleo o con salarios insuficientes, terminarían a pie nuevamente.
El sueco J.Norberg dice: “Si (…) los
mejores salarios son una forma de explotación, entonces el problema en nuestro
planeta es que los países pobres no están siendo lo suficientemente
explotados”.
La integración global y las libertades
económicas
El mundo reconoce las ventajas de la
apertura y la integración global. Informes del Banco Mundial mostraron que el
porciento de crecimiento de los países que se integraron a la economía mundial
había crecido, de un 1% en los sesenta, a un 5% a partir de los noventa. De mantenerse
este ritmo, el ciudadano de un país en desarrollo verá su ingreso duplicado en
15 años. Otro dato importante: los países industrializados crecieron en el
mismo período un promedio de un 2% anual, o sea, los países menos ricos crecen
más aceleradamente que las naciones desarrolladas, lo que significa que la
desigualdad entre países ricos y pobres es cada vez menor.
Sin embargo, ¿qué pasa con África? ¿Por
qué en este continente la cantidad de pobres crece constantemente? Johan
Norberg responde: “África es la región del mundo menos democrática, menos
liberal, menos capitalista y menos globalizada”. La diferencia está entonces en
la libertad que algunos tienen para utilizar su inteligencia y el espíritu
emprendedor en beneficio personal y nacional.
Hay países en donde la gente trabaja
fuerte y es emprendedora, pero gran parte de ese espíritu es consumido en
inventar maneras para poder esquivar las regulaciones y restricciones del
Estado y otra parte de las utilidades destinada a la corrupción de los
funcionarios correspondientes.
Pamela vive en un tugurio de Kibera, en
Kenia. A ella no se le permite vender empanadas sin un permiso del gobierno.
Sin ese permiso, es ilegal vender empanadas y la policía le sanciona o le exige
sobornos cada vez que la ven. Además sin ese permiso ella no podrá obtener
créditos y crecer. Pero conseguir ese permiso consume 61 días y el ingreso de
medio año. En Kenia no se pone un negocio para hacerte rico, sino que primero
se es rico para poder iniciar un negocio. El resultado es obvio. Otro ejemplo
es el del agricultor Simón, que siembra repollo. Él quisiera mejorar su finca,
conseguir medios para regarla y construir en ella su casa, pero el gobierno no
reconoce el derecho de propiedad sobre la tierra y él no puede pedir prestado
si no es propietario… ¿Entonces? Simón está condenado. (La globalización y los
pobres/ Obstáculos Domésticos/ J. Norberg)
La dificultad para iniciar un negocio
propio no es exclusiva de África. Empezar un negocio en Argentina toma 15 trámites
burocráticos y 68 días, en Paraguay toma 18 trámites y 73 días. En Bolivia
obtener un permiso oficial cuesta casi dos años de sueldo, en Nicaragua cuesta
más de tres años de ingreso. (J. Norberg). Es difícil encontrar historias
exitosas en tales ordenamientos. La gente necesita más libertad, no menos.
La prosperidad económica y el nivel de
éxito financiero de las personas, es proporcional a la cuota de libertad
concedida por sus respectivos gobiernos. Los ejemplos en Asia hablan por sí
solos. Países como Corea del Norte y Birmania, con políticas extremadamente
aislacionistas y anti-mercado, no consiguen el resultado de Taiwán, Malasia,
Corea del Sur o Vietnam. Por otra parte son precisamente los países africanos
abiertos -Botswana, Uganda e Islas Mauricio- los que más crecen económicamente
y también los de más éxito en la reducción de la pobreza.
¿Y qué piensa la gente sobre las
libertades económicas, el intercambio comercial y las multinacionales?
Curiosísimo. Más allá del grupo de ruidosos anticapitalistas que vociferan por
el mundo, un enorme ejército de personas piensa que el comercio y los lazos
empresariales son “muy buenos”.
Un sondeo denominado «Pew Global
AttitudeSurvey» reveló que los que más favorablemente juzgaban la
apertura económica y las acciones de las multinacionales eran –precisamente-
los más pobres. El 56 % de los subsaharianos miraba con muy buenos ojos la
apertura global y el aumento de las libertades económicas, en franco contraste
con el 28 % de la gente anclada en el primer mundo desarrollado, principalmente
en Estados Unidos y Europa Occidental. Por otra parte, poco más de la mitad de
las personas de los países ricos considera que las empresas multinacionales son
beneficiosas para sus países, en tanto tres cuartas partes de los africanos
encuestados estaban convencidos de que así era (La globalización y los
pobres/Lo que dicen los pobres/ J. Norberg).
La prosperidad y el medio ambiente
Otro discutible asunto es el de la
contaminación ambiental. Los altermundistas culpan al primer mundo desarrollado
de contaminar y degradar el planeta, sin embargo, es en los países en vías de
desarrollo, en donde el abastecimiento de alimentos es insuficiente. La
agricultura tradicional no puede soportar la carga de población creciente,
sobre un suelo limitado, por lo tanto la fertilidad se reduce. El suelo
comienza a gastarse, a erosionarse. Su consistencia se vuelve similar a la de
la arcilla cocida y en el peor de los casos, se transforma en desierto.
(Contaminación/Rita Chaher). Son los países pobres los que cada año absorben
más de 80 millones de personas con un sistema de comunicaciones, de transporte,
de servicios y de reservas de agua deteriorado o insuficiente. ¿El resultado?:
urbanización caótica, tugurios, infrecuente recolección de basura, disposición
-sin tratamiento- de las excretas humanas que terminan depositadas en las
reservas de agua y en el mar. (José G. Salvuchi Salgado).
El Consejo Americano de Calidad
Ambiental calcula que la Industria debe invertir entre cuatro y cinco mil
millones de dólares anuales en nueva tecnología para la “no contaminación” y
una cantidad menor, pero que llevaría a un aumento de entre el 5 y 10% de los
costos, para eliminar la contaminación ya existente, y mantener la limpieza en
el futuro (José G. Salvuchi Salgado). Una suma nada despreciable si tenemos en
cuenta las enormes necesidades sociales del tercer mundo. ¿Quién entonces está
más preparado para hacer frente a la contaminación ambiental, los países ricos
o los subdesarrollados? Por consiguiente, ¿qué ciudad estará más contaminada,
Helsinki o La Habana?
La actual crisis mundial y sus
resultados
La actual crisis mundial ¿es el inicio
del fin para el capitalismo? Muchos lo ven así. Con un activo excesivamente
disminuido, ligado a un mercado de valores reducido a la mitad, el sistema
financiero de Estados Unidos, meca del capitalismo mundial, se encuentra en una
situación apretada. O peor aún, según afirma Mark Blyth, profesor de
Política Económica Internacional, de la Universidad de Brown y columnista
de eJournal USA: “el sistema financiero norteamericano es
insolvente”. (¿El fin del capitalismo estadounidense?/Mark Blyth/eJoural
USA/Mayo 2009). Otros creen que está en “sus últimas” lo que tendría
–irremediablemente- un efecto dominó en el resto del mundo globalizado.
Por su parte el economista, político y
presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Ben Bernanke, reconoció
que atravesamos “la mayor crisis desde la Gran Depresión”. Y si él lo dice, hay
que tomarlo en serio. Sin embargo, los catastrofistas del modelo olvidan que
las crisis capitalistas tienen precedentes. El sistema ha estado antes en
situaciones semejantes y ha sobrevivido. ¿Cómo lo hará? Lo estamos viendo.
La libertad es la vía
América Latina
No obstante las crisis, los cambios y
las conjeturas, algo clarea en el horizonte: la libertad sigue siendo la clave
del progreso. Una libertad en equilibrio. Una libertad responsable, pero una
libertad en fin, que les permita a los ciudadanos actuar. La experiencia demuestra
que el éxito tiene que ver más con el conocimiento, que con los recursos
físicos y naturales; y que, el progreso de la tecnología, en un entorno de
libertad, es una vía eficaz para el desarrollo. Salvo las excepciones
conocidas, la sensatez de los gobiernos contemporáneos ha permitido que la
mayoría de los ordenamientos político jurídicos reconozcan esta libertad, y
avancen hacia ella.
América Latina es ejemplo de esta
evolución. De una marcada tradición estatista y rentista que deformó los
derechos de propiedad, generando corrupción y un mercado de cargos públicos en
los que crecían las instituciones que colocaban las principales decisiones
económicas en manos de aquellos que podían comprar esos cargos **, hoy se
avanza en rauda transición hacia la apertura, la integración, y la libertad
económica. Las viejas instituciones rentistas van transformándose cada vez más
rápidamente en instituciones lucrativas, abiertas y competitivas, siguiendo las
huellas de las políticas económicas más exitosas en el mundo, corrigiendo
errores y emergiendo de un pasado oscuro corrupto y atrasado. (La tradición
estatista de América Latina/Paul Craig Roberts & Karen La Follette Araujo)
Los resultados de este nuevo enfoque se
palpan. Michael Froman, asesor adjunto de Seguridad Nacional para Asuntos
Económicos Internacionales de los Estados Unidos, declaró que Brasil “ha pasado
de ser un país que hace tan solo unos años necesitaba préstamos del Fondo
Monetario Internacional, a tener 300 000 millones de dólares en reservas, y ha
salido de la crisis económica de manera muy fuerte y estable”. Comentó que la
economía del país sudamericano es la séptima más grande del mundo, con una
imponente tasa de crecimiento. Dijo además que América Latina tiene “finanzas
sólidas, una inflación relativamente baja, tasas de cambio flexibles, deuda
reducida, fuertes reglamentaciones bancarias y mercados de capital profundos”.
(America.gov/16 de marzo 2011)
La libertad hace mercado, así pues IBM
(NYSE: IBM/International Business Machines), conocida coloquialmente como el
“Gigante Azul”, transnacional con alrededor de 390 000 empleados repartidos en
unos 161 países, y corporación más grande del mundo en cuanto a servicios
informáticos, una de las pocas que lleva operando desde el siglo XIX hasta
la actualidad, invertirá más de 20 000 millones de dólares en Latinoamérica en
los próximos cinco años como parte de su estrategia comercial. Según el boletín
¡Conéctate!, desde el año pasado la mega empresa había decidido
asignar más de la mitad de sus ganancias al desarrollo de software hasta el
2015, con un énfasis especial en Latinoamérica. La compañía estaría orientada
fundamentalmente hacia países como Brasil, Colombia, Perú, Venezuela y México,
donde tiene varios proyectos de inversión basados en la mayor adopción de
negocios sociales. El vicepresidente de software para Latinoamérica de IBM,
Marcelo Spaziani afirmó que: “… en un escenario de crisis, Latinoamérica ofrece
enormes oportunidades, no solo a IBM, sino que a todas las empresas mundiales”
(¡Conéctate!/Boletín informativo/Febrero 2012).
Claro que falta mucho por hacer todavía.
Según informes del Proyecto Hambre de las Naciones Unidas, 24
000 personas mueren cada día de hambre o por causas relacionadas con este
flagelo. Sin embargo, las experiencias, las estadísticas y hasta las opiniones
de los pobres indican que no es el intercambio mundial de mercancías, ni las
aperturas, ni las libertades otorgadas por los gobiernos a sus ciudadanos, la
causa de esta tribulación. El hambre, la miseria y el fracaso, vienen con la
posibilidad de que los pueblos y los pobres queden excluidos de los enormes
beneficios que este intercambio mundial y esta libertad económica, pueden
ofrecerle.
Es hora de soltar las riendas. La gente
busca libertad para crecer y hay que concedérsela. La cura contra la pobreza
está en la capacidad creadora de los hombres. En su iniciativa. En su espíritu
emprendedor. Un pueblo atado jamás será una nación próspera.
La libertad viene alada y… ¿quién que
tiene alas camina?
Notas:
* _ El Plan Marshall (denominado
oficialmente EuropeanRecoveryProgram o ERP) fue el principal plan de los
Estados Unidos para la reconstrucción de los países europeos después de la
Segunda Guerra Mundial. La iniciativa recibió el nombre del Secretario de Estado
de los Estados Unidos, George Marshall, y fue diseñada principalmente por el
Departamento de Estado, en especial por William L. Clayton y George F. Kennan.
**_ Existen numerosos archivos que
documentan la venta de los cargos públicos. Los archivos nos dicen que el cargo
de tesorero en México se vendía en 1584 por 130,000 pesos, 60,000 de entrada y
dos pagos anuales de 35,000. El mismo cargo en Potosí, el lugar de las famosas
minas de plata en donde ahora está Bolivia, se vendía en 1656 por 124,000 pesos,
la mitad en efectivo inmediatamente y el resto en tres pagos anuales. En Lima,
el cargo de tesorero se vendía en 20,000 pesos en 1581 y por 80,000 en
1702(Fuente: Capítulo 5 de "TheCapitalistRevolution in LatinAmerica",
de Paul Craig Roberts y Karen LaFollette Araujo. Traducción: Adolfo Rivero,
inédito en español).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar.