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A no ser que se indique lo contrario, todos los textos publicados en este blog han sido escritos por Jesuhadín Pérez Valdés

lunes, 25 de mayo de 2015

Capitalismo mundial y globalización: ¿mecanismos de explotación mundial o aceleradores de riqueza y bienestar?



Los políticos antiglobalización plantean que el nuevo capitalismo está haciendo al rico más rico y al pobre más pobre. ¿Hasta dónde tienen la razón? Análisis, hechos, historia…

"Quien no asume un riesgo, nunca ganará una partida.”

Paul Keres (ajedrecista estonio).


Algunos piensan que para que el mundo funcione hay que agitarlo. Y no hay mejor método que lanzándole botellas al capitalismo mundial y a su top symbol: la Organización Mundial del Comercio. Refuerzan el argumento anticapitalista significando que en los Estados Unidos (insignia del capitalismo mundial) el 1% más rico concentra la mayoría de la riqueza de todo el país, pero curiosamente se callan que ese 1% más rico es el que paga el 47% de los impuestos de toda la nación y constituye la principal fuerza generadora de empleo, bienes y servicios delos cuales se beneficia el otro 99% de la población norteamericana.

En Seattle en 1999, miles de activistas y sindicalistas protestaron contra el libre comercio y la globalización. Su principal argumento es que las políticas mercantilistas han contribuido a la concentración de la riqueza en las manos de unos pocos y ha incrementado la pobreza de la mayoría de la población del mundo. Esto lo gritaron a voces los altermundistas en Madrid, Seattle, Bangkok, Washington, Praga, Génova, Gotemburgo, Barcelona, Rostock… etcétera, etcétera, etcétera.

Los políticos antiglobalización plantean que el nuevo capitalismo está haciendo al rico más rico y al pobre más pobre. ¿Hasta dónde tienen la razón?

La pobreza o la riqueza, ¿qué es lo nuevo?

He escuchado mucho decir que la pobreza es algo adquirido. Que se adviene con la aplicación de los métodos de explotación capitalistas, y que -de hecho- al asumirse e intensificarse dichos métodos, la pobreza va en aumento. Desde esta perspectiva, nos han presentado el capitalismo como el monstruo desalmado que se chupa la riqueza de nuestros pueblos y de nuestros bolsillos subdesarrollados. ¿En tan así?

Hace ciento veinte años todos los países eran naciones en desarrollo. El 85% de la población mundial vivía en 1820 con uno (o menos) de un dólar al día (convertido a poder adquisitivo actual). En 1910 el 65% de la población mundial estaba en la pobreza absoluta, y para 1950 la cifra había descendido al 55%. En 1970 nos encontramos que rondaba 35%, y para finales de 2003 -según Johan Norberg- era aproximadamente del 20%. Entonces lo adquirido con la aplicación de los métodos capitalistas -al parecer- no es la pobreza, sino más bien la riqueza. Lo nuevo no parece ser que el mundo empeora con el capitalismo, sino al revés.

De hecho, informes indican que la riqueza generada por los métodos de explotación existentes en el mundo capitalista, ha dado como resultado que -en la última mitad del siglo pasado- más de 3 000 millones de personas hayan sido liberadas de la miseria.

Según el Banco Mundial, en el período 1983-2003 el número de pobres absolutos fue reducido enalrededor de 200 millones de personas. Surjit S. Bhalla -execonomista del Banco Mundial- publicó en el libro “Imagine there’sno Country, Institutefor International Economics, 2002”, que la meta de las Naciones Unidas de reducir la pobreza mundial por debajo del 15% para el año 2015, ya había sido alcanzada y superada. De acuerdo con sus cálculos, 800 millones de personas han salido de la miseria absoluta en 20 años. Johan Norberg, académico titular del Centro de Investigación de Políticas Públicas “Cato Institute”, asegura en su libro “La Globalización y los Pobres” que: “… de ser cierto, acabamos de atestiguar una reducción de la pobreza de tal magnitud que probablemente nunca más presenciaremos”.

Los pobres y la libertad económica

La disminución de la pobreza no es una consecuencia accidental, sino el resultado de la aplicación de las políticas correctas. No es solo repartir lo que tenemos sino crear riqueza nueva y ofrecer la oportunidad a todos de participar en la creación de esa riqueza, que es la que al final nos enriquece a todos.

Es difícil luchar contra la pobreza desde la pobreza misma. No hay política gubernamental ni redistribución del ingreso más eficiente contra la pobreza, que el aumento de las oportunidades de participación económica de los ciudadanos. Si prosperamos todos, prospera la nación. Si prospera la nación habrá más para repartir. Pero prosperaremos solo si participamos, y para poder participar hay que tener la oportunidad, que es la libertad para actuar. Después pulir el ejercicio económico. Hacerlo eficiente, competitivo.

Sin embargo algunos manifiestan sus dudas respecto a si esta libertad para actuar beneficia de forma directa a todos por igual. El hecho de que unos toman la delantera y se hacen ricos primero, ¿es la prueba de que con los métodos de desarrollo contemporáneos el pobre se beneficia menos que el rico? Johan Norberg afirma: “Al contrario, el pobre obtiene beneficios del crecimiento en casi la misma extensión y la misma velocidad que el rico. La gente de pocos recursos se beneficia inmediatamente del aumento en el valor de su mano de obra y de los bienes que compra más baratos en relación a su ingreso”. Un estudio realizado en 80 países sobre las estadísticas de ingreso en un período de cuarenta años, mostró que con un crecimiento del 1%, los pobres aumentan sus ingresos un promedio de un 1%, y con un crecimiento del 10% lo aumentan, en un 10% (David Dollar&AartKray). Como resultado de la utilización de mecanismos que permiten la participación económica eficiente y la consecuente generación sostenida de utilidades, en los últimos treinta años se redujo a la mitad la cantidad de personas que padecen hambruna crónica, y a la mitad también, la utilización de fuerza de trabajo infantil en los procesos productivos.

Según el programa de las naciones unidas para el desarrollo, la humanidad ha visto dos grandes avances. El primero empezó en el siglo XIX con la revolución industrial en Estados Unidos y Europa. El segundo comenzó durante el período postguerra, y se encontraba a inicios de este siglo XXI en pleno apogeo, especialmente con Asia, alcanzando logros espectaculares en la lucha contra la pobreza, el hambre, la enfermedad y el analfabetismo. Seis de cada diez asiáticos estaban en la pobreza absoluta en 1975; para 1997 eran dos de cada diez. (Reporte sobre desarrollo humano de 1997)

Por otra parte, en los últimos 50 años la expectativa de vida ha aumentado de 46 a 64 años y la mortalidad infantil ha sido reducida del 18 al 8%. Estas cifras son mejores en la actualidad, en los países subdesarrollados, que lo que fueron, en los países ricos, cien años atrás (J. Norberg). Vean.

Milagros económicos

Suecia

Con 449 964 km², hoy Suecia es el quinto país más grande de Europa. Con una población de poco más de 9 millones de habitantes (20 por Km2) es hoy la cuna de tres de las más grandes compañías de Europa y el mundo: la Volvo, la Sony Ericsson Mobile y la Scania. Pues bien, este país considerado en “El Foro Económico Mundial de 2008” como el tercer país más competitivo del planeta era, en 1870, más pobre de lo que hoy es el Congo. Entre 1850 y 1910 más de un millón de suecos emigraron hacia los Estados Unidos y a principios del siglo XX, vivían más suecos en Chicago que en Gotemburgo, que es la segunda ciudad más grande de Suecia. La gente vivía veinte años menos de lo que se vive en la actualidad en los países en desarrollo, y la mortalidad infantil era el doble de la de un país en desarrollo promedio hoy. Aun, si se hubieran redistribuido todas las propiedades suecas a mediados del siglo XIX, cada sueco habría alcanzado -a lo sumo- el nivel de vida de un mozambiqueño actual (J. Norberg). Pero Suecia se salvó. ¿Cómo lo hizo? Así:

… un grupo de políticos otorgaron a Suecia libertad religiosa, libertad de expresión y libertad económica. De esa manera la gente pudo creer en lo que quería creer, decir lo que pensaba sin temor, y -sobre todo- crear riquezas nuevas. Empezaron sus propios negocios. Vendieron y compraron libremente. Exportaron e importaron. Distribuyeron e intercambiaron lo producido. Comerciaron y crecieron.

Con el libre-mercado, llegó la competencia. Esta obligó a las compañías a ser más eficientes. Las viejas industrias fueron eliminadas. Así se pudieron satisfacer las nuevas demandas. Entonces produjeron mejores vestidos, mejores automóviles, más alimentos, mejores servicios médicos y más calidad educacional. Antes de que se forjara el Estado Benefactor sueco (1950) la economía de este país capitalista se había cuadruplicado, la mortalidad infantil se había reducido en un 85% y la expectativa de vida había aumentado en 25 años. Suecia caminaba con pasos agigantados hacia la abolición de la pobreza.

Estocolmo
(https://asper.wordpress.com/2007/05/13/sweden/)
Las estadísticas muestran que Suecia creció más aceleradamente que los propios Estados Unidos durante el mismo período. Según el autor de“In Defense of Global Capitalism”, la principal razón consiste en que los países en desarrollo cuentan con más recursos naturales que aprovechar y se benefician de la existencia de naciones más ricas, a las cuales exportar bienes y de las cuales importar capital y tecnología más avanzada, mientras que los países más ricos ya han capturado muchas de esas ganancias. El hecho de que sea América Latina la economía que mejor ha salido parada de la actual crisis económica mundial, es tal vez prueba fehaciente de esta tesis. No obstante, el proceso de transformación vivido en Suecia le tomó a esta nación nada menos que 80 años. No es nada gratificante pensar en un proceso que puede tardar tanto tiempo en darnos los frutos. Sin embargo, hay ejemplos contemporáneos más reconfortantes.

Alemania

En la Segunda Guerra Mundial, Alemania fue perdedora. La situación del perdedor siempre es amarga. Alemania estaba devastada por la guerra y ocupada militarmente. Pero había que recuperarse pronto. Urgía cuidar las víctimas de guerra. Se debía crear y asegurar una base económica para 2 millones de refugiados de la zona soviética. Seiscientos mil niños vivían en establecimientos públicos. Otros quinientos mil debían de ser atendidos, y todo con los fondos del Estado. De un Estado sin fondos. Las industrias no tenían capital para llevar adelante la restauración necesaria ni mucho menos para acumular reservas para los períodos de recesión económica. Pero Alemania pudo. Logró incluso superar a varios países en un tiempo récord. Así lo logró:

… el 20 de junio de 1948 implantó una moneda más estable y fuerte, el Deutsche Mark. El Deutsche Mark (DM, Marco Alemán) tuvo una reputación como una de las monedas más estables del mundo. Esta reforma monetaria fue complementada con la abolición de los controles estatales sobre la economía, implantados por el régimen anterior, lo que influyó de manera significativa en su avance económico. Y aunque el Plan Marshall* jugó un importante papel en la recuperación económica vivida en Alemania, la mayoría rechaza la idea de que el Plan, por sí solo, resucitase milagrosamente este país. Según algunos, existen evidencias de que la recuperación económica ya se había iniciado con anterioridad a este Plan y coinciden en que este sirvió para acelerar esta recuperación, pero que no la inició. La recuperación alemana fue iniciada por las liberalizaciones aplicadas, el aumento de las oportunidades, y el duro trabajo de la población.

Según informes de “El Milagro Económico Alemán” (Wikipedia) para finales de la década de 1950, Alemania Occidental tenía una de las economías más fuertes del mundo. Casi tanto como la existente antes de la Guerra. Esto permitió a partir de 1955, que las autoridades pusieran en marcha un programa para captar trabajadores de otros países, ya que, la Alemania de la postguerra, había alcanzado el pleno empleo una década después de la conflagración mundial. En 1964 Alemania recibió al "Gastarbeiter (Trabajador Invitado) un millón", al que se le regaló un ciclomotor. En septiembre de1971, los Gastarbeiter eran ya más del 10% de la población activa de Alemania. El desarrollo de la Alemania de postguerra se debió en gran medida a la aplicación de medidas económicas que favorecían las libertades económicas, beneficiando de esa manera la iniciativa ciudadana y la inversión en el sector industrial y el empresarial.

Conjuntamente a las medidas de corte liberal aplicadas en la Alemania de la postguerra se aplicó desde un comienzo una modalidad de «Estado de bienestar» llamado Estado subsidiario que-entre otras cosas- creaba móviles para el pleno empleo y brindaba cierto nivel de asistencia social. Según Franco Pomalaya Neyra, esta fusión entre la economía de mercado y el Estado social se intitularía “Economía Social de Mercado”. El éxito de este sistema económico fue imitado en muchos países de Europa durante las siguientes décadas. Actualmente Alemania es considerada, en términos generales, como la tercera potencia mundial y la primera de Europa. En 2006 su Producto Interno Bruto (PIB) rebasó los 3 billones de dólares US. Sus ganancias industriales son enormes. Alemania produce medios de transporte, aparatos eléctricos y electrónicos, maquinaria industrial, productos químicos, materiales sintéticos y alimentos procesados. Es foco de riqueza y eso se refleja en la creciente economía centroeuropea. Cuenta con una infraestructura de carreteras amplias y un excelente nivel de vida. Es una de las naciones más desarrolladas del mundo.

España

En el poniente de Europa tenemos otro interesante ejemplo: España. La economía española de los cuarenta era un completo desastre. Su crisis era más profunda que la de cualquier otro país europeo de la postguerra. Este país no puede alcanzar los niveles económicos de antes de la Guerra Civil, hasta finales de los cincuenta. El hambre pululaba. Los productos de primera necesidad estaban racionados. La producción de bienes se había hundido. (Apolonio Ruiz Ligero)

El proteccionismo de un gobierno nacionalista, bloqueaba la apertura. Un sistema de “autorización previa” concedía privilegios solo a las industrias “de interés nacional”, sujetando (también) al inversor extranjero mediante la fijación de límites en la participación de estos (inversores) en las empresas españolas. Asimismo se prohibía disponer a los propietarios de cuentas corrientes, del saldo de las mismas, en caso de que estos (propietarios) residieran en el extranjero. Esto, sumado al férreo control de cambio de la moneda nacional, y la existencia de una política con efectos inflacionistas, provocó la caída de los mercados españoles y sumió a España en un oscuro aislamiento (Carlos Barciela López). Añadido a todo lo anterior, estaba la difícil coyuntura internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Para 1957 el país está tan asfixiado por la inflación, el agotamiento de las reservas para hacer frente a las deudas internacionales y el fuerte desequilibrio presupuestario, que el gobierno decide poner fin a la llamada “política económica autárquica” fomentada por la ortodoxia falangista e inicia el Plan Nacional de Estabilización Económica.

Dicho Plan produce inmediatamente un cierto equilibrio y una situación de desahogo económico. Pero la existencia de veinte años de autarquía dejaría el lastre de mercados protegidos de la competencia extranjera (Altos aranceles). Esto creó a nivel interno, ambientes de privilegio, secuelas que vinieron a ser liquidadas cuando España entró a la Comunidad Económica Europea en 1986. No obstante, la reforma mencionada basada principalmente en la apertura al exterior, la inversión pública, el desarrollo de infraestructuras y la explotación turística, sentó las bases que le permitieron a España disfrutar de la segunda tasa de crecimiento más alta del planeta, ligeramente por detrás de Japón, lo que la convirtió en la novena economía más grande del mundo. (Milagro económico español/ Wikipedia)

Este crecimiento económico transformó aquella España desangrada por la emigración, en el principal destino de millares de norteafricanos y latinoamericanos que buscan prosperidad y bienestar. Prosperidad y bienestar, que bien se debe al aumento de oportunidades existentes en el país ibérico. De hecho, la renta percápita española en 1974 era del 79% de la media de Europa Occidental; actualmente España ha situado su renta en el 100,7%; por encima de la media europea, convirtiéndose en referencia para los nuevos países incorporados a la Unión desde el 2004. ¿Qué habría pasado si el gobierno español no hubiera permutado su ranciosa ortodoxia franquista por la de aquellos reformistas pertenecientes al Opus Dei? (López Rodó, Mariano Navarro Rubio y Alberto Ullastres).
Lo que ocurre ahora en España es precisamente el resultado de haber abandonado aquella forma de administrar el país que lo sacó del franquismo. Años con los polvos de una administración dilapidadora, trajeron estos lodos.

Taiwán       

Otro que alzó rápido el vuelo fue Taiwán. Lo que tardó Suecia casi un siglo en hacer lo consiguió Taiwán en 25 años. ¿Cómo lo hizo? Taiwán empezó en un mundo aún más capitalista e interdependiente, lo que le permitió interactuar con países más jugosos con los cuales hacer negocios y adquirir ideas.

En 1950 Taiwán era tan pobre como Kenya, pero Taiwán prefirió el estilo de desarrollo del este asiático. Apostó por las industrias que eran las que generaban productos vendibles a occidente, alejándose así del modelo latinoamericano y africano, cuya tendencia era el autoconsumismo. Cierto que el principio fue difícil. Las fábricas taiwanesas distaban mucho de las existentes en occidente. Las jornadas eran extensas y fatigosas pero el país prosperó. Hoy Taiwán es veinte veces más rico que Kenya. El nivel de “hambre” en ese país es similar al estimado en los países del sur de Europa y… así lo lograron:

… en los sesenta, muchos pobres agricultores adquirieron sobre la tierra derechos de propiedad, a lo que se le sumó la posibilidad de conseguir créditos y hacer inversiones. Esto no solo benefició a los agricultores sino que mucha gente emprendedora pudo iniciar sus propios negocios. Así proliferaron las fábricas de juguetes, de objetos deportivos, implementos, herramientas, tejidos y bicicletas; hasta llegar a los semiconductores, los teléfonos móviles y los ordenadores. Taiwán es la meca de Acer, Asus, Gigabyte, Trend Micro, Genius, Biostar, Transcend y MSI. En solo diez años el número de negocios fue triplicado y la pobreza se redujo a la mitad. Para el 2003 el comercio internacional de Taiwán había crecido 400 veces y los salarios reales aumentaban 10 veces.

Con la prosperidad viene la necesidad de fuerza de trabajo y la posibilidad de dar empleo a personas de países menos privilegiados. En el año 2002, los trabajadores vietnamitas en Taiwán representaban el 28.5% (13,200 personas) del total de 46,200 trabajadores vietnamitas residentes en el extranjero, constituyéndose en una de las mayores comunidades de residentes extranjeros en esa Isla (Residentes vietnamitas en Taiwán/Wikipedia), y convirtiendo a Taiwán de hecho, en el segundo destino más popular -luego de Malasia- de toda la región asiática. Esto es el “Milagro Económico Taiwanés”. ¿Qué hubiera sucedido si un fuerte movimiento anticapitalista hubiera existido en Taiwán que boicoteara los intentos de entregar «en propiedad» las tierras a los campesinos, de sacar créditos para iniciar negocios privados, de exportar e importar mercancías libremente, de emplear mano de obra en proporción a las necesidades productivas de los emprendedores o de frenar la iniciativa personal-empresarial con la aplicación de draconianos impuestos? Es fácil de discernir: Taiwán sería pobre hoy en día.

En su tratado “La Globalización y los Pobres”, Johan Norbergapuntó: “… aprendemos que la libertad económica y el comercio son esenciales para el crecimiento económico. Es por esta razón que las transiciones económicas de Suecia y Taiwán están siendo repetidas hoy en día por las naciones (…) de nuestro tiempo. Los estudios muestran que en promedio, los países con mercados abiertos crecen de 3 a 5 veces más rápido que las economías cerradas. Las economías pobres que se abren crecen en la actualidad más rápido que Suecia y Taiwán.”

¿Qué tanto es así?

Vietnam

Vietnam, un país comunista cuyas políticas económicas le condujeron a una hambruna generalizada a mediados de los ochenta, ha reconsiderado su modelo. El país se abrió a los cambios. Liberalizó los mercados. Permitió la llegada de las multinacionales. Estas ofrecieron empleo, salario y un ambiente laboral superior. Los vietnamitas que trabajan para esas multinacionales ganan hoy 5 veces más.
Cuando Nike se inició en Vietnam, los trabajadores caminaban hacia las fábricas (de Nike) a pie. Luego de tres años con los salarios de la multinacional, estas personas tenían y usaban bicicletas. Tres años después todos van en motocicletas al trabajo. ¿Es Nike enemigo de los pobres? Sin embargo muchos anticapitalistas la catalogan así.

Las libertades económicas o DoiMoien en lengua vietnamita, ofrecieron a Vietnam prosperidad. La apertura al mundo capitalista les aportó ideas, capital y tecnología. Desde entonces la economía del país se ha duplicado y la pobreza ha sido reducida a la mitad. Y algo muy importante: han nacido las exportaciones vietnamitas. Vietnam se da a conocer al mundo a través de sus propios productos.
Mejorar el nivel de vida también influye en la reducción de determinados delitos. De 1993 al 2003, centenares de niños vietnamitas han cambiado el empleo infantil por las aulas. Tsi-Chi, una madre vietnamita afirma: “Hace una generación, habría tenido que poner a mi hijo a trabajardes de una temprana edad. Sin embargo, ahora quiero darle una buena educación, de tal forma que llegue a ser un doctor.”(La Globalización y los Pobres/Milagro económico de Vietnam/J.Norberg).

El cambio ocurrido en el modelo vietnamita ha favorecido más personas que todos los procedimientos voluntaristas que le precedieron. La prosperidad está en la libertad. ¿Qué habría sucedido si un gobierno anticapitalista hubiera expulsado a la Nike u otras corporaciones expropiando sus patrimonios y activos, aplicando un igualitarismo rampante e interviniendo con políticas antimercado, con el pretexto de que “estas burguesas empresas usan mano de obra tercermundista para aumentar sus gordas ganancias”? Tsi-Chi habría perdido su empleo. Su hijo dejaría la escuela para trabajar. Los trabajadores con motocicletas, pero sin empleo o con salarios insuficientes, terminarían a pie nuevamente.

El sueco J.Norberg dice: “Si (…) los mejores salarios son una forma de explotación, entonces el problema en nuestro planeta es que los países pobres no están siendo lo suficientemente explotados”.

La integración global y las libertades económicas

El mundo reconoce las ventajas de la apertura y la integración global. Informes del Banco Mundial mostraron que el porciento de crecimiento de los países que se integraron a la economía mundial había crecido, de un 1% en los sesenta, a un 5% a partir de los noventa. De mantenerse este ritmo, el ciudadano de un país en desarrollo verá su ingreso duplicado en 15 años. Otro dato importante: los países industrializados crecieron en el mismo período un promedio de un 2% anual, o sea, los países menos ricos crecen más aceleradamente que las naciones desarrolladas, lo que significa que la desigualdad entre países ricos y pobres es cada vez menor.

Sin embargo, ¿qué pasa con África? ¿Por qué en este continente la cantidad de pobres crece constantemente? Johan Norberg responde: “África es la región del mundo menos democrática, menos liberal, menos capitalista y menos globalizada”. La diferencia está entonces en la libertad que algunos tienen para utilizar su inteligencia y el espíritu emprendedor en beneficio personal y nacional.

Hay países en donde la gente trabaja fuerte y es emprendedora, pero gran parte de ese espíritu es consumido en inventar maneras para poder esquivar las regulaciones y restricciones del Estado y otra parte de las utilidades destinada a la corrupción de los funcionarios correspondientes.

Pamela vive en un tugurio de Kibera, en Kenia. A ella no se le permite vender empanadas sin un permiso del gobierno. Sin ese permiso, es ilegal vender empanadas y la policía le sanciona o le exige sobornos cada vez que la ven. Además sin ese permiso ella no podrá obtener créditos y crecer. Pero conseguir ese permiso consume 61 días y el ingreso de medio año. En Kenia no se pone un negocio para hacerte rico, sino que primero se es rico para poder iniciar un negocio. El resultado es obvio. Otro ejemplo es el del agricultor Simón, que siembra repollo. Él quisiera mejorar su finca, conseguir medios para regarla y construir en ella su casa, pero el gobierno no reconoce el derecho de propiedad sobre la tierra y él no puede pedir prestado si no es propietario… ¿Entonces? Simón está condenado. (La globalización y los pobres/ Obstáculos Domésticos/ J. Norberg)

La dificultad para iniciar un negocio propio no es exclusiva de África. Empezar un negocio en Argentina toma 15 trámites burocráticos y 68 días, en Paraguay toma 18 trámites y 73 días. En Bolivia obtener un permiso oficial cuesta casi dos años de sueldo, en Nicaragua cuesta más de tres años de ingreso. (J. Norberg). Es difícil encontrar historias exitosas en tales ordenamientos. La gente necesita más libertad, no menos.

La prosperidad económica y el nivel de éxito financiero de las personas, es proporcional a la cuota de libertad concedida por sus respectivos gobiernos. Los ejemplos en Asia hablan por sí solos. Países como Corea del Norte y Birmania, con políticas extremadamente aislacionistas y anti-mercado, no consiguen el resultado de Taiwán, Malasia, Corea del Sur o Vietnam. Por otra parte son precisamente los países africanos abiertos -Botswana, Uganda e Islas Mauricio- los que más crecen económicamente y también los de más éxito en la reducción de la pobreza.

¿Y qué piensa la gente sobre las libertades económicas, el intercambio comercial y las multinacionales? Curiosísimo. Más allá del grupo de ruidosos anticapitalistas que vociferan por el mundo, un enorme ejército de personas piensa que el comercio y los lazos empresariales son “muy buenos”.

Un sondeo denominado «Pew Global AttitudeSurvey» reveló que los que más favorablemente juzgaban la apertura económica y las acciones de las multinacionales eran –precisamente- los más pobres. El 56 % de los subsaharianos miraba con muy buenos ojos la apertura global y el aumento de las libertades económicas, en franco contraste con el 28 % de la gente anclada en el primer mundo desarrollado, principalmente en Estados Unidos y Europa Occidental. Por otra parte, poco más de la mitad de las personas de los países ricos considera que las empresas multinacionales son beneficiosas para sus países, en tanto tres cuartas partes de los africanos encuestados estaban convencidos de que así era (La globalización y los pobres/Lo que dicen los pobres/ J. Norberg).

La prosperidad y el medio ambiente

Otro discutible asunto es el de la contaminación ambiental. Los altermundistas culpan al primer mundo desarrollado de contaminar y degradar el planeta, sin embargo, es en los países en vías de desarrollo, en donde el abastecimiento de alimentos es insuficiente. La agricultura tradicional no puede soportar la carga de población creciente, sobre un suelo limitado, por lo tanto la fertilidad se reduce. El suelo comienza a gastarse, a erosionarse. Su consistencia se vuelve similar a la de la arcilla cocida y en el peor de los casos, se transforma en desierto. (Contaminación/Rita Chaher). Son los países pobres los que cada año absorben más de 80 millones de personas con un sistema de comunicaciones, de transporte, de servicios y de reservas de agua deteriorado o insuficiente. ¿El resultado?: urbanización caótica, tugurios, infrecuente recolección de basura, disposición -sin tratamiento- de las excretas humanas que terminan depositadas en las reservas de agua y en el mar. (José G. Salvuchi Salgado).

El Consejo Americano de Calidad Ambiental calcula que la Industria debe invertir entre cuatro y cinco mil millones de dólares anuales en nueva tecnología para la “no contaminación” y una cantidad menor, pero que llevaría a un aumento de entre el 5 y 10% de los costos, para eliminar la contaminación ya existente, y mantener la limpieza en el futuro (José G. Salvuchi Salgado). Una suma nada despreciable si tenemos en cuenta las enormes necesidades sociales del tercer mundo. ¿Quién entonces está más preparado para hacer frente a la contaminación ambiental, los países ricos o los subdesarrollados? Por consiguiente, ¿qué ciudad estará más contaminada, Helsinki o La Habana?

La actual crisis mundial y sus resultados

La actual crisis mundial ¿es el inicio del fin para el capitalismo? Muchos lo ven así. Con un activo excesivamente disminuido, ligado a un mercado de valores reducido a la mitad, el sistema financiero de Estados Unidos, meca del capitalismo mundial, se encuentra en una situación apretada. O peor aún, según afirma Mark Blyth, profesor de Política Económica Internacional, de la Universidad de Brown y columnista de eJournal USA: “el sistema financiero norteamericano es insolvente”. (¿El fin del capitalismo estadounidense?/Mark Blyth/eJoural USA/Mayo 2009). Otros creen que está en “sus últimas” lo que tendría –irremediablemente- un efecto dominó en el resto del mundo globalizado.
Por su parte el economista, político y presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Ben Bernanke, reconoció que atravesamos “la mayor crisis desde la Gran Depresión”. Y si él lo dice, hay que tomarlo en serio. Sin embargo, los catastrofistas del modelo olvidan que las crisis capitalistas tienen precedentes. El sistema ha estado antes en situaciones semejantes y ha sobrevivido. ¿Cómo lo hará? Lo estamos viendo.

La libertad es la vía     

América Latina

No obstante las crisis, los cambios y las conjeturas, algo clarea en el horizonte: la libertad sigue siendo la clave del progreso. Una libertad en equilibrio. Una libertad responsable, pero una libertad en fin, que les permita a los ciudadanos actuar. La experiencia demuestra que el éxito tiene que ver más con el conocimiento, que con los recursos físicos y naturales; y que, el progreso de la tecnología, en un entorno de libertad, es una vía eficaz para el desarrollo. Salvo las excepciones conocidas, la sensatez de los gobiernos contemporáneos ha permitido que la mayoría de los ordenamientos político jurídicos reconozcan esta libertad, y avancen hacia ella.

América Latina es ejemplo de esta evolución. De una marcada tradición estatista y rentista que deformó los derechos de propiedad, generando corrupción y un mercado de cargos públicos en los que crecían las instituciones que colocaban las principales decisiones económicas en manos de aquellos que podían comprar esos cargos **, hoy se avanza en rauda transición hacia la apertura, la integración, y la libertad económica. Las viejas instituciones rentistas van transformándose cada vez más rápidamente en instituciones lucrativas, abiertas y competitivas, siguiendo las huellas de las políticas económicas más exitosas en el mundo, corrigiendo errores y emergiendo de un pasado oscuro corrupto y atrasado. (La tradición estatista de América Latina/Paul Craig Roberts & Karen La Follette Araujo)

Los resultados de este nuevo enfoque se palpan. Michael Froman, asesor adjunto de Seguridad Nacional para Asuntos Económicos Internacionales de los Estados Unidos, declaró que Brasil “ha pasado de ser un país que hace tan solo unos años necesitaba préstamos del Fondo Monetario Internacional, a tener 300 000 millones de dólares en reservas, y ha salido de la crisis económica de manera muy fuerte y estable”. Comentó que la economía del país sudamericano es la séptima más grande del mundo, con una imponente tasa de crecimiento. Dijo además que América Latina tiene “finanzas sólidas, una inflación relativamente baja, tasas de cambio flexibles, deuda reducida, fuertes reglamentaciones bancarias y mercados de capital profundos”. (America.gov/16 de marzo 2011)

La libertad hace mercado, así pues IBM (NYSE: IBM/International Business Machines), conocida coloquialmente como el “Gigante Azul”, transnacional con alrededor de 390 000 empleados repartidos en unos 161 países, y corporación más grande del mundo en cuanto a servicios informáticos, una de las pocas que lleva operando desde el siglo XIX hasta la actualidad, invertirá más de 20 000 millones de dólares en Latinoamérica en los próximos cinco años como parte de su estrategia comercial. Según el boletín ¡Conéctate!, desde el año pasado la mega empresa había decidido asignar más de la mitad de sus ganancias al desarrollo de software hasta el 2015, con un énfasis especial en Latinoamérica. La compañía estaría orientada fundamentalmente hacia países como Brasil, Colombia, Perú, Venezuela y México, donde tiene varios proyectos de inversión basados en la mayor adopción de negocios sociales. El vicepresidente de software para Latinoamérica de IBM, Marcelo Spaziani afirmó que: “… en un escenario de crisis, Latinoamérica ofrece enormes oportunidades, no solo a IBM, sino que a todas las empresas mundiales” (¡Conéctate!/Boletín informativo/Febrero 2012).

Claro que falta mucho por hacer todavía. Según informes del Proyecto Hambre de las Naciones Unidas, 24 000 personas mueren cada día de hambre o por causas relacionadas con este flagelo. Sin embargo, las experiencias, las estadísticas y hasta las opiniones de los pobres indican que no es el intercambio mundial de mercancías, ni las aperturas, ni las libertades otorgadas por los gobiernos a sus ciudadanos, la causa de esta tribulación. El hambre, la miseria y el fracaso, vienen con la posibilidad de que los pueblos y los pobres queden excluidos de los enormes beneficios que este intercambio mundial y esta libertad económica, pueden ofrecerle.

Es hora de soltar las riendas. La gente busca libertad para crecer y hay que concedérsela. La cura contra la pobreza está en la capacidad creadora de los hombres. En su iniciativa. En su espíritu emprendedor. Un pueblo atado jamás será una nación próspera.

La libertad viene alada y… ¿quién que tiene alas camina?


Notas:
* _ El Plan Marshall (denominado oficialmente EuropeanRecoveryProgram o ERP) fue el principal plan de los Estados Unidos para la reconstrucción de los países europeos después de la Segunda Guerra Mundial. La iniciativa recibió el nombre del Secretario de Estado de los Estados Unidos, George Marshall, y fue diseñada principalmente por el Departamento de Estado, en especial por William L. Clayton y George F. Kennan.
**_ Existen numerosos archivos que documentan la venta de los cargos públicos. Los archivos nos dicen que el cargo de tesorero en México se vendía en 1584 por 130,000 pesos, 60,000 de entrada y dos pagos anuales de 35,000. El mismo cargo en Potosí, el lugar de las famosas minas de plata en donde ahora está Bolivia, se vendía en 1656 por 124,000 pesos, la mitad en efectivo inmediatamente y el resto en tres pagos anuales. En Lima, el cargo de tesorero se vendía en 20,000 pesos en 1581 y por 80,000 en 1702(Fuente: Capítulo 5 de "TheCapitalistRevolution in LatinAmerica", de Paul Craig Roberts y Karen LaFollette Araujo. Traducción: Adolfo Rivero, inédito en español).


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