Autor

A no ser que se indique lo contrario, todos los textos publicados en este blog han sido escritos por Jesuhadín Pérez Valdés

domingo, 6 de diciembre de 2015

Cuba: La pedrada del poder a cada vuelo de palomas.

Foto: http://static.americateve.com
La sociedad cubana está cada vez más revuelta. Más revuelta e incierta.
La Cuba paralizada es una cosa de ayer. Hay mucha gente inconforme con  el futuro planificado por el poder. Mucha gente inconforme e inquieta.
Es normal. Cada vez son más los que tienen ganas y audacia suficiente para tomar las riendas de un destino personal y proyectarlo sin miramientos en el ámbito social. Pero esto disgusta a la “nomenclatura”. Esta prefiere sin dudas la calma y el quietismo revolucionario. Está anquilosada. No tiene la más mínima intención de mover un dedo para el cambio. ¿Entonces? Solo se levanta para responder “a palos” cada una de estas iniciativas ciudadanas.

En la mayoría de los países, los partidos políticos se gruñen y muerden entre sí. Forma parte del proceso de decantación para arribar al poder. Compiten por el voto popular.  A veces -según mi opinión- se les va un poco la mano. Pero en Cuba, al no ser ningún partido de oposición actor electoral  -ni siquiera lo es el propio Partido Comunista- la competencia ha pasado a las aceras, los parques, los patios,  los grupos y las gentes;  perteneciente en su mayoría a la sociedad civil.

Ya aquí el problema no es un proyecto político con aspiraciones de poder, sino cualquier cosa que se mueva independiente a los cánones revolucionariamente establecidos por el aparato oficial.

“Nada se puede mover en Cuba sin nuestra autorización expresa”; ese es el criterio de la oficialidad más influyente y autoritaria. Pero ¿Cómo contener el espíritu de tanta gente que quiere poner su granito de arena para que el país en que vive sea un poco mejor? ¿Pensarán que podemos meter los sueños bajo el colchón  y caminar como autómatas por los siglos de los siglos?

Nueve de cada diez reprimidos no tienen intenciones de usurpar el poder político. No son políticos en sentido estricto; son artistas, intelectuales, obreros, cuentapropistas, gente común que se siente ahogada por una institucionalidad retrograda que le cuece la creatividad y la iniciativa hasta el achicharramiento, para evitar sepsis ideológico-capitalistas, impidiéndole  llegar su arte, su iniciativa personal -artística o económica- al pueblo, de forma inmediata, fresca y próspera. Los que se rebelan son cada vez más, cubanos sencillos y sublimes, que elevan su voz en defensa de sus derechos inalienables. Eso se respeta y se valora en la mayoría de los países civilizados. No en Cuba. Allí es sumamente peligroso y se repele a palos.

Por eso me sobresalto cada vez más con las reacciones del poder ante las actitudes inquietas de los cubanos. ¿Por qué en este país a  cada esperanza, a cada espíritu libre y emprendedor  le corresponde un decomiso de bienes, un revolucionario garrotazo económico, una detención, un acto de repudio, la expulsión de alguna parte o, peor aún, la cárcel?

Me sobrecojo porque la oleada de rebeldes inconformes crece y la represión lo hará de forma proporcional según se observa en la voluntad del poder. Más temerarios, más porra;  más animosos, más cepo; mas indomables, más policías. Esta es su fórmula. El régimen va en la contramarcha de la lógica, de la justicia y de la paz.

… entonces volverán las oscuras primaveras, las nuevas damas de blanco y otros inocentes engrosarán las interminables filas de los calabozos.

Estoy muy preocupado con este futuro previsto para Cuba. Una nueva y desgarradora ola se acerca. Lo veo venir.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar.