Después de mi rotundo fracaso con el Nokia Lumia 1520, decidí regresar a mi antiguo y familiar Samsung Galaxy S5, Pero... ¿por qué habiendo tantos excelentes teléfonos en el mercado decido regresarme a un terminal del 2014?
He aquí la respuesta.
El Galaxy S5 es un todo-terreno. Una bestia vetusta, pero confiable y poderosa. Un teléfono con carácter.
En 2018 ya no puede competir con los terminales de alta gama existentes, pero en su tiempo dio raya a muchos campeones. Fue un hito en rendimiento y belleza. El Ferrari de la Samsung.
Es el último de una serie de teléfonos “no desechables” en los que se mantenía la idea corporativa de aumentar la vida del dispositivo mediante rápidos y sencillos reemplazos de piezas y partes. El último que hicieron pensando en el consumidor de solvencia media que prefiere reparar, antes que reemplazar totalmente la unidad.