Todo posee algo que desde algún punto de vista puede ser criticable. Atacar la crítica sin analizar sus planteamientos y proyecciones es síntoma indiscutible de debilitamiento. Se veta la crítica porque no se está seguro de la fuerza y convicción de los planteamientos propios. ¿A qué temer cuando se tiene toda la razón?La crítica es como el spray anti brillo que elimina las superficies refractarias de las brillantes obras. Su toque realista convierte en reformable cualquier obra humana. No existe, después de un análisis profundo, creación perfecta exenta de retoques y mejoras. La plasticidad o reajuste de los proyectos en desarrollo es una cualidad importante si se busca un resultado efectivo. Pero al ser la crítica una denuncia de imperfección, muchos aspirantes al perfeccionismo le declaran la guerra abierta o disimuladamente.
miércoles, 19 de noviembre de 2014
La crítica: ejercicio del criterio que no debe convertirnos en enemigos
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