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A no ser que se indique lo contrario, todos los textos publicados en este blog han sido escritos por Jesuhadín Pérez Valdés

jueves, 23 de octubre de 2014

Los cubanos y el difícil reto de vivir en Cuba.

Siempre he pensado que la vida es un premio difícil. Una especie de azar al cual nos aferramos después con todo lo que tenemos a mano. El milagro de la vida, venido como azar biológico o como premio divino constituye -para la mayoría de los cubanos- un doble reto. No solo es nacer; sino permanecer vivos, somática y psicológicamente aptos para desenvolvernos normalmente en una época tremendamente difícil y compleja.

Pensemos un momento como hemos vivido los cubanos en Cuba: moviéndonos a pie, al Sol, (o la lluvia) en la vera de peligrosos caminos y carreteras o imbuidos en el tráfico infernal de nuestras polutas ciudades. Viajando intraurbanamente en hacinados transportes, colgados de sus puertas, en escaleras de camiones, sobre volquetes, u otros medios desvencijados, sin cinturones de seguridad, bolsas de aire, ni salidas de emergencia; carentes de extinguidores de incendio y fumigados en el interior por gases de escape. Nosotros los cubanos cubrimos distancias colosales subidos en la parte trasera de remolques, jaulas para transportar animales, grúas, tanques cisternas o entre mercancías peligrosas.

Nosotros apenas conocemos las tapas de medicamentos con «seguro contra niños», y en nuestras casas, ese «seguro» jamás existió en botiquines, gabinetes, gavetas, puertas o escaleras peligrosas.

Los cubanos nunca montamos en bici con rodilleras, coderas o cascos de protección contra caídas, aun sabiendo que nuestras bicicletas tienen pésimos frenos (o carecen totalmente de ellos). Y andamos de noche entre el tráfico a oscuras, sin chaquetas fosforescentes ni dispositivos lumínicos o pinturas reflectarías. Y conducimos a cualquier lugar, por desconocido que este sea, sin la ayuda del GPS.

jueves, 16 de octubre de 2014

Sin "comprobantes" no hay viaje.

Cuba. Un ómnibus intermunicipal de servicio especial (Yutong) recorre el tramo de la Habana a Pinar del Río por la autopista nacional. Como lleva numerosos puestos vacíos decide recoger pasaje de los puentes donde la gente hace autostop por su cuenta. En uno de estos puentes el conductor cobrador le dice a la fila de personas que se apretujan en la puerta:
_ Compañeros, solo pueden subir tres.
Sin embargo al percatarse que existían muchísimos sitios vacíos, los infortunados viajeros que no pueden subir preguntan:
_ ¿Compadre porque tres nada más si tienes un montón de puestos vacíos allá arriba?
_ Si asientos tengo, pero lo que no tengo son tickets para entregarles a ustedes y está prohibido transportar personas sin su respectivos comprobantes de pago.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Cuba, ¿Dónde está el enemigo?


Es un enemigo raro. Difícil. No lucha cara a cara, dispara cohetes o se descubre bajo el brillante azul de una bengala. No es un enemigo sobre el cual podemos fijar el rojo de un colimador y disparar conjuntamente con el odio balas trazadoras.

Cuba. Oscuras las calles, repletas de huecos traicioneros. Faroles de parques apagados, rotos o inexistentes. Vitrales de ventanas cruzados de cinta adhesiva. Camiones, ómnibus y automóviles con el parabrisas astillado. Casas escuelas y hospitales en ruinas. Transporte y agua potable mínimos. Tanques de basura virados en la vera de las calles, personas que duermen en funerarias y pasillos. Aguas negras que corren despreocupadamente entre los pies de los transeúntes. Niños descalzos, viejos vendedores de periódicos, pregoneros ilegales, prostitutas…

lunes, 13 de octubre de 2014

Disculpen queridos compañeros, pero sus magros salarios no nos importan…


Un análisis sobre índices productivos en una unidad de los servicios, arrojó resultados muy interesantes. Por ejemplo: los planes de productividad fueron cumplidos a un 360 % (Producción Bruta) y 348 % (Valor Asociado), generando utilidades que superaron en un 180 % lo planificado. Toda esta súper eficiencia productiva lleva asociada un coeficiente salarial que no supera –según el propio estudio- el ¡30 %! de lo planificado.

lunes, 6 de octubre de 2014

El delito político en Cuba, causas y consecuencias.

¿Son los presos políticos cubanos transgresores flagrantes de la ley, o son el resultado de la instrumentación política del tráfico jurídico-penal?


"Donde hay poca justicia es un peligro tener razón."
Francisco de Quevedo


Las leyes deben ser el resultado del consenso colectivo. La expresión concentrada de la voluntad social. Solo así representan intereses reales y protegen de forma efectiva los derechos y las libertades públicas e individuales. Ese es el ideal de ley, pero la realidad es otra.
Sin llegar a particularizar podríamos decir que incluso en las democracias más experimentadas, la ley como expresión de los intereses de “todos” en general, falla. Lo impide la propia diversidad existente en el seno de las sociedades. De ahí la premisa: proteger a las mayorías y cubrir a las minorías -en caso de que se precise- con normas específicas y complementarias.

Para evitar o corregir el efecto negativo de las leyes sobre sectores sociales determinados, las fuentes de ley deben ser idealmente policromáticas. Es decir, espejo de la pluralidad existente, y representativas del fenómeno de la diversidad humana. De lo contrario la minoría que tiene el poder en el momento en cuestión, impondrá su criterio en forma de ley, salvaguardando sus intereses y presentando el producto a las masas no hegemónicas, como resultado de un supuesto consenso real.